El Papa Francisco ha lanzado este jueves en Nairobi una clara advertencia en vísperas de la Cumbre del Clima de París al calificar de catastrófico un eventual fracaso de las negociaciones. La reunión será inaugurada por los líderes mundiales el próximo lunes. “Sería triste y catastrófico que los intereses particulares prevalezcan sobre el bien común”, alertó Francisco en la sede las Naciones Unidas de la capital de Kenia.
Anteriormente, el Pontífice había celebrado una masiva misa en la que hizo hincapié en la unidad, la tolerancia y el fortalecimiento de los valores familiares por una sociedad mejor, en un país afligido por profundas divisiones tribales. Cerca de un millón de personas, según las cifras aportadas por el Gobierno, se congregaron en una fría y lluviosa mañana en el campus de la Universidad de Nairobi, así como en diferentes espacios habilitados en la ciudad para seguir la celebración en directo.
Feligreses procedentes de todos los rincones del país amanecían ataviados con bolsas de plástico en la cabeza, pañuelos con los colores del Vaticano y paraguas a la espera de que las puertas se abrieran mientras los cánticos improvisados amenizaban la larga espera. Durante la eucaristía, el Pontífice hizo alusión al aborto, un tema tabú en Kenia: “Estamos llamados a resistir a las prácticas que fomentan la arrogancia en los hombres, hieren o degradan a las mujeres, y ponen en peligro la vida de los no nacidos inocentes”.
La histórica visita llega en un momento en que el país, que también recibió al presidente Obama en julio, trata de recomponerse: el presidente Uhuru Kenyatta declaraba esta misma semana que la corrupción es una amenaza nacional después de que varios ministros fueran acusados por malversación; la economía se encuentra en dificultades —los profesores no han cobrado el salario de septiembre—, y las grandes desigualdades sociales continúan —sólo en Nairobi, cerca de un 70% de la población vive en suburbios—. Frente a todo ello, el Papa confesaba que “estamos viendo el crecimiento de nuevos desiertos creados por una cultura del materialismo y de la indiferencia hacia los demás”.
Antes de la santa misa, el Pontífice tuvo un encuentro con diferentes líderes religiosos en el que interpeló sobre la necesidad de la armonía. La Iglesia Católica de África está creciendo rápidamente, en 2012 se estimaron unos 200 millones de fieles. Sin embargo, en Kenia, un país de 45 millones de personas, sólo un 30% de la población es católica, entre ellos, Uhuru Kenyatta.
Durante la reunión, Francisco incidió en el rumbo que está adquiriendo la sociedad en los últimos tiempos: “Con demasiada frecuencia, los jóvenes se están radicalizando en nombre de la religión para sembrar la discordia y el miedo, y para desgarrar el tejido de nuestras sociedades”, y matizó que “el nombre de Dios no debe utilizarse para justificar el odio y la violencia”. El Papa también mencionó algunos de los ataques terroristas más recientes en Kenia perpetrados por Al Shabab. “Sé que los ataques bárbaros sobre el Westgate Mall, la Universidad de Garissa o Mandera están frescos en vuestras mentes”, dijo Francisco, al tiempo que subrayó la necesidad de defender la dignidad humana.