Lima, capital del Perú, alberga a un tercio de la población nacional. La misma que busca mejores oportunidades en una metrópoli que ante escenarios de peligros geológicos y/o hidrometereológicos, el 76 % de su población es vulnerable (INDECI, 2021). Sumado a esto, los impactos del cambio climático que afectan los patrones espaciales, el crecimiento y el desarrollo de las ciudades (Prasad et al., 2009). Entre los impactos originados en el país por los fenómenos de El Niño en los años 1982-1983, 1997-1998 y 2017,  presenta la activación de quebradas en asentamientos humanos de Lima Metropolitana, identificados a ser susceptibles en próximos eventos extremos de climas cambiantes frente a peligros hidrometereológicos en 118 puntos críticos, lo que reflejan nuestra fragilidad y deficiente resiliencia comunitaria frente a escenarios multiamenazas, en general, de nuestro país.