En los últimos 25 años, la extracción de recursos naturales, la expansión de la frontera extractiva, de las explotaciones mineras y de hidrocarburos, así como del agronegocio, han sido una tendencia global en la que América Latina ha consolidado el modelo primario exportador y su dependencia de la renta de las actividades extractivas. En ese marco, el espacio amazónico, en su compleja diversidad ecosistémica, biológica, social, económica y cultural, se encuentra en permanente disputa y se enfrenta a presiones que buscan alcanzar rápidamente su subordinación al mercado.