Conoce más sobre la Pampa de Ayacucho: valioso patrimonio natural e histórico del Perú
El Santuario Histórico de la Pampa de Ayacucho (SHPA), también conocido como Pampa de la Quinua, donde ocurrió la Batalla de Ayacucho el 9 de diciembre de 1824 –hito de nuestra independencia nacional- fue escenario de la reciente juramentación simbólica del presidente de la República, Pedro Castillo, el pasado 29 de julio. Dicho lugar, además de su valor histórico, es un área natural protegida que alberga un valioso ecosistema de flora y fauna propia de la región ayacuchana.
Hace 41 años, a través del Decreto Supremo n.° 119-80-AA, dicho lugar adquirió la denominación de Santuario Histórico, con el fin de proteger su superficie de 300 hectáreas y conservar la flora y fauna que se encuentran en el ámbito territorial y patrimonio natural e histórico, así como también las manifestaciones culturales y artesanales de las poblaciones aledañas.
Atractivo natural
Este maravilloso ecosistema se encuentra a 3396 m.s.n.m. y se ubica al pie del cerro Condorcunca, mientras que a su costado derecho está la catarata y el cerro del Apu Amaru, donde hay una gran variedad de especies de flora, entre las que destacan la salvia de puna (Salvia gilliesii), la salvia común (Salvia officinalis), altramuz (Lupinus hirsutus), trébol silvestre (Trifolium amabile), pinco pinco (Ephedra americana), llantén (Plantago sp.), así como otras especies como el ichu (Stipa ichu), que son típicas de la serranía.
En el SHPA se pueden apreciar aves como la perdiz de puna (Tinamotis pentlandii), la perdiz serrana (Nothoprocta pentlandii), la huallata o ganso andino (Chloephaga melanoptera), el guarahuau (Phalcoboenus megalopterus) y el lique lique (Vanellus resplendens).
Su clima es templado y seco, y el período de lluvias ocurre entre diciembre y marzo.
Patrimonio histórico
En la llanura de esa pampa destaca el obelisco, un imponente monumento de mármol de 44 metros de altura, erigido en 1968, que representa la lucha por la independencia del Perú y de América. En él están representados los vencedores de la batalla de Ayacucho. Debido a su privilegiada ubicación geográfica, es un mirador natural desde donde se puede observar los hermosos paisajes de la campiña ayacuchana.
El pueblo de Quinua está a medio camino entre Ayacucho y Huanta, las dos ciudades más grandes del departamento. Además de su importancia histórica (allí está la casa donde se firmó la Capitulación de Ayacucho), es un poblado pequeño y tradicional que conserva sus calles empedradas y casas de tejas. Quinua también es famosa por sus artesanías de cerámica, creadas en talleres al estilo tradicional.