La Evaluación de los Ecosistemas del Milenio ha demostrado que, a pesar de su importancia para el bienestar humano y la biodiversidad, los ecosistemas de agua dulce del mundo y los servicios ambientales relacionados con el agua se están degradando a un ritmo acelerado. Para detener esta tendencia y lograr los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), en particular el Objetivo 7 para “garantizar la sostenibilidad ambiental”, los gobiernos y los procesos internacionales están buscando la forma más eficaz de regular los servicios ambientales hídricos. En este contexto, existen dos enfoques: la estrategia tradicional de imposición y control y el uso de instrumentos económicos o basados en el mercado.